Estudio sucinto sobre cómo un mundo de riquezas
incalculables en las bellas aguas del Caribe, puesto bajo la tutela y
protección de Colombia, resulta insólitamente convertido en su “patio de atrás”
y pronto es usurpado a manotazos por naciones vecinas amigas de lo ajeno.
Estudios conexos:
Para enlazar, haga clic en los botones adjuntos.
Anécdota
acrílica. Sobre
la visualización de la pérdida de aguas en el archipiélago Islas de San Andrés
y Providencia. Publicado en la Cyber-Corredera Nº 146, diciembre 2012.
La verdad
duele. Sobre la historia del rasponazo de 75.000
kilómetros cuadrados al mapa de Colombia, en aguas de San Andrés. Entregado con la Cyber-Corredera Nº 147, enero 2013, y
publicado en el Pañol de la Historia, Fascículo Nº 50, de la Armada Nacional de
la República de Colombia (2013.04.23-Ma.).
Los pactos que destrozan a Colombia. Estudio
vehementemente crítico, y copiosamente ilustrativo, sobre las verdades detrás
del absurdo descalabro de Colombia, en sus intentos de neutralizar la
escandalosa agresión de Nicaragua, queriendo apoderarse del Caribe colombiano.
Entregado como complemento de la Cyber-Corredera Nº 155, de (2013.10.29-Ma.).
Panamá, el departamento usurpado. Estudio
vehementemente crítico, y gratamente ilustrativo,
sobre la catastrófica pérdida de Colombia de su departamento de Panamá
junto con su canal interoceánico, condenando categóricamente la traición de los
aliados, que atizando a los hermanos del Istmo a declarar su independencia, se
apoderan desvergonzadamente del pasaje interoceánico. Entregado como complemento de la Cyber-Corredera Nº 164, de (2014.09.04-Ju.).
Premio a la verdad proclamada. Reseña sobre la
concepción, creación, publicación y suerte, de un par de artículos escritos
acerca de las aguas caribeñas, perdidas en las rapaces manos nicaragüenses.
Honroso Reconocimiento publicado en la Cyber-Corredera Nº 153 de
(2013.08.14-Mi.)
Datos a priori.
La soberanía de Colombia sobre la Costa de Mosquitos, sus aguas,
islas, islotes y cayos, y el archipiélago Islas de San Andrés, Providencia,
Santa Catalina y todos los demás islotes y cayos que hacen parte de éste, era
incuestionable con anterioridad a la firma del Tratado Esguerra-Bárcenas (1928.03.24-Sa.).
Sin embargo, mediante este Tratado
de 1928, Colombia «…reconoce
la soberanía y pleno dominio de la República de Nicaragua sobre la costa de
mosquitos comprendida entre el cabo de Gracias a Dios y el río san Juan, y
sobre las islas Mangle grande y Mangle chico, en el océano atlántico…»
de forma inaudita y sin fundamento legal, a cambio de que «…Nicaragua reconoce la soberanía y pleno dominio
de la República de Colombia sobre las islas de San Andrés, Providencia, Santa Catalina
y todas las demás islas, islotes y cayos que hacen parte de dicho archipiélago
de San Andrés…». Este tratado viola al menos quince (15)
artículos de la Constitución Política colombiana, entre ellos el 102 que señala
que el territorio, con los bienes públicos que de él forman parte, pertenece a
la Nación, y como tal es inalienable, imprescriptible y no puede ser objeto de
entrega a ningún título a otro país.
Pasados cincuenta y un (51) años, diez (10) meses y diez (10)
días, detectando la vulnerabilidad colombiana en su ejercicio de soberanía, y
movida por una insólita fiebre expansionista, Nicaragua desconoce (1980.02.04-Lu.)
unilateralmente el Tratado Esguerra
Bárcenas, a la vez que desvela sus intenciones de hacer suyo todo
el archipiélago Islas de San Andrés y Providencia. Y así pasados veintiún (21)
años, diez (10) meses y dos (2) días más, Nicaragua demanda ante la C I J
soberanía sobre este archipiélago. Que esto está fuera de todo censo, está más
que sabido, como también es horroroso el procedimiento de Colombia, no sólo
haciendo posible que la C I J dirima en la demanda, sino que en plenas
negociaciones preliminares al fallo, el Gobierno de Colombia ofrece pusilánimemente
a Nicaragua, por intermedio de la Corte en La Haya, compensarla con las valiosas
aguas conocidas con el nombre de «…Luna
verde…» en donde se encuentra la langosta que se pesca de forma industrial
por empresas colombianas, en un desgraciado paquete conocido con el nombre de «…Línea media…».
El resultado de esta asquerosa traición a la Patria se tiene
diez (10) años, once (11) meses y trece (13) días más tarde, cuando la Corte
Internacional de Justicia, falla (2012.11.19-Lu.)
en la demanda de Nicaragua concediéndole
derechos económicos sobre 40.575
kilómetros cuadrados de tierras correspondientes al Litoral de Mosquitos, más
un total de 135.116 kilómetros cuadrados de aguas en el Caribe. Datos que
incluyen la Costa de Mosquitos y sus aguas sobre el Caribe, que Colombia le
entregara en conexión con el mencionado Tratado
Esguerra Bárcenas, antes de efectuarse el fallo, de los que Nicaragua se
había desprendido voluntaria y determinantemente (1980.02.04-Lu.).
Como era de esperarse, fue grande y dolorosa la sorpresa, e
intensos el enojo y la frustración del pueblo colombiano ante inconcebible e
inaceptable descalabro. Entonces se agudiza también la reacción populista de
los desvergonzados políticos que gobiernan la Nación, quienes tradicionalmente
complican aún más la precaria situación, optando por no aceptar el fallo de la
Corte, a la vez que se destruyen los únicos canales existentes para un diálogo
con las partes comprometidas. Ante esta insólita, desmedida y tardía reacción
colombiana, que paradójicamente le cae muy beneficiosamente a Nicaragua, este
país decide cerrar definitivamente todas las puertas de la negociación con
Colombia, aprovechando para intensificar su agresión, presentando ante la Corte
Internacional de Justicia, una nueva demanda contra ésta (2013.09.16-Lu.), como
parte integral de un proceso de establecimiento de los límites marítimos en el
Caribe, lo que implica delimitar su plataforma continental más allá de las 200
millas náuticas.
De cómo es posible, que tan escandalosas pérdidas de territorio
y aguas nacionales, hubieran podido acontecer, damos cuenta detallada en los
estudios conexos anotados arriba, mientras que en estas páginas nos concentramos
en reseñar, una de las otras razones por las que en la realidad, éstas se hacen
posibles, o mejor definido, por las que un país vecino, amigo de lo ajeno, es
inducido a usurpar. Estamos hablando de un tema poco mencionado en el ardiente
debate sobre la adversidad colombiana en aguas del Caribe: la
eterna, inaudita, y metódica marginación de ese Caribe colombiano.
El acoso en la época neogranadina.
Desde mediados del siglo XVI hasta 1739, el vasto territorio que
constituiría el nuevo Virreinato de la Nueva Granada está bajo la jurisdicción
del Virreinato de Lima. Para imponer su autoridad, limitada a causa de las
largas distancias, la Corona establece un sistema complicado de gobierno
teniendo como ejes centrales las Reales Audiencias de Nueva Granada, Quito y
Panamá, sujetas al Virrey en Lima; y los capitanes generales en las provincias
más importantes, dependiendo de estas Audiencias.
Tales Audiencias ejercen sus funciones con independencia de los
virreyes del Perú y en directa comunicación con el Rey y los organismos
centrales de la Corona, no obstante desde Madrid sea imposible mantener un
verdadero control sobre sus funcionarios. Además, la Corona también promueve
deliberadamente una cultura política, que tiene como uno de sus trazos
dominantes, el conflicto permanente entre los diferentes agentes
administrativos y una relativa anarquía en la toma de decisiones.
Felipe V de Borbón. |
Jorge de Villalonga. |
Pasados quince (15) años y casi tres (3) meses, un segundo
intento de imponer una autoridad central en Santa Fe tiene lugar, reviviéndose
el Virreinato del Nuevo Reino de Granada, mediante Real Cédula expedida en San
Ildefonso por Felipe V (1739.08.20-Ju.), agregándole mayor número de dominios
de la Corona, entre los que está la provincia de Veraguas en la que entra la
región de Nicaragua.
La necesidad de un gobierno que concentre el poder se torna en
un asunto de mucha urgencia. Enfrentada a la perspectiva de una inminente
guerra con los ingleses, España sabe que están planeando atacar sus puertos
caribeños. Se teme que sus costas pobladas y dominadas por contrabandistas, se
conviertan en un punto vulnerable. Madrid teme por la seguridad del puerto de
Cartagena, su más grande fortificación en tierras americanas.
Sebastián de Eslava. |
Sin embargo, los mayores problemas de la ciudad son la falta de
agua potable, y el propio trópico nada saludable para aquellos de delicada
salud. Fuera de los naturales decaimientos de ánimo y sudores constantes se
tiene el flagelo de varias enfermedades terribles como el vómito negro, la lepra o el mal de San Lázaro, el pasmo o
convulsiones, y un insecto llamado "culebrilla",
que causa un tumor que suele terminar en gangrena. Don Blas de Lezo, exasperado
porque no recibe la menor ayuda del virrey de México, ni del presidente de
Santa Fe, ni de nadie, utiliza la autorización que le había llegado y pide
ayuda a las colonias francesas.
Desde marzo de 1740, el Almirante inglés Sir Edward Vernon,
viene hostigando a Cartagena con una escuadra de 14 navíos y 2 bombardas. Bloqueado el puerto, lo bombardea para
prender fuego a las casas de la ciudad empleando balas forradas con lona «... alquitarada con cierto mixto…», y después de fortificarse debidamente en Jamaica, pasado un
año se decide atacar a la ciudad amurallada (1741.03.13-Lu.). A las nueve de la
mañana son avistadas en el horizonte las velas de su enorme armada, e inmediatamente
se da la alarma en la plaza. La población entera queda atónita ante el
espectáculo que crece ante sus ojos. El Almirante Vernon se presenta comandando
la mayor flota de guerra que jamás surcara los mares, con una dotación de 2000 cañones dispuestos en 186 unidades a flote, entre navíos
de guerra, fragatas, brulotes y buques de transporte, trayendo 23.600
combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica.
En la expedición vienen 4.000 reclutas
de Virginia bajo las órdenes de Lawrence Washington, medio hermano del
legendario general George Washington. En la historia naval sólo se conoce una
congregación de buques en un área de combate mayor en número a los que componen
la flota que trae Vernon contra Cartagena, y es la que opera en el famoso
desembarco en Normandía durante la segunda guerra mundial.
Ataque de Vernon a Cartagena. |
Dos días toman los ingleses en su maniobra de aproximación
desplegando en plan de cerco sus unidades a flote. Las gentes de dos ciudades
completas se han puesto cita en este día para dar batalla en la que se decidirá
el destino de todo un continente: la una sumando casi 20.000
habitantes, malamente defendidos por 7
barcos, 1.100 soldados
veteranos, 400
bisoños, 600
marineros, 300
milicias y 600
indios, negros y mulatos, esto es, apenas 3.000
hombres de tropa, pero con pie en tierra y una moral prendida con los ánimos de
dar la vida defendiendo su plaza; la otra con casi 29.000
hombres venidos a bordo de 8
grandes navíos de tres palos, 28
de línea, 12
fragatas de combate, 130
transportes y algunos brulotes, guerreros todos: 9.000
hombres de desembarco, 2.000 negros
macheteros de Jamaica, 15.000
marineros y la escuadra angloamericana compuesta por 2.763
marines. En tierra parece haberse detenido el tiempo y los largos años de
preparativos para la defensa de la ciudad de pronto nunca existieron: el
desorden es total, las gentes corren en todas direcciones en tremendo griterío,
movilizando armamento, trayendo y llevando pertrechos, sin quitar la mirada del
horizonte blanqueado por miles de velas enemigas.
Sir Edward Vernon. |
La noche del 19
al 20 de abril,
cumplido un mes y cinco días de combate, se dan los hechos decisivos. El avance
de los invasores es lento por el pesado equipo de guerra que transportan y por
el fuego de fusilería desde las trincheras de la fortaleza que los obliga a
tenderse con frecuencia. La confusión se desata entre los atacantes que no
disponiendo de fajinas y materiales para facilitar su situación en las
proximidades del fuerte, quedan presa bajo el nutrido y certero fuego que
arrecian los defensores desde lo alto, causando una espantosa matanza.
Al amanecer, el espectáculo es macabro: cientos de muertos yacen
por todas partes, mutilados y heridos vagan como espectros alrededor de San
Felipe, y a la brava salida de los españoles cargando a bayoneta calada, el
pánico entre los pocos asaltantes sobrevivientes es total. La hecatombe inglesa
es un hecho. Aún así, el bombardeó inglés prosigue desde el mar por 30 días más sin un objetivo claro,
y pronto el cólera y el escorbuto comienzan a provocar decenas de muertos que
por lo desesperado de la situación son arrojados fuera de borda y flotan a la
deriva en las aguas de la bahía. Lentamente y sin cesar de cañonear la ciudad,
el almirante inglés cubre su retaguardia y los restos de la flota va
desalojando las aguas cartageneras. Las últimas naves dejan el escenario de la
batalla el 20 de mayo,
después de dos (2) meses y cinco (5) días de frustrada batalla y sacrificio
humano con una pérdida de cerca 18.000
hombres debida tanto a las balas de los defensores, como a la disentería y el
escorbuto. Cinco barcos son incendiados antes del zarpe por falta de
tripulación y uno más es hundido durante la penosa trayectoria de vuelta a
Jamaica. Las naves que siguen en crucero navegan silenciosas convertidas en
hospitales flotantes.
Blas de Lezo. |
Absorbido por los deberes de la guerra contra los ingleses y por
la batalla contra el contrabando, Eslava no deja esta ciudad. Durante sus nueve
(9) años de gobierno no pone su pie en Santa Fe ni una sola vez. Gobernar los puertos
caribeños de la Nueva Granada desde los Andes se sabía ya una tarea imposible. No
obstante, no son muchos los virreyes que desean imitar a Sebastián Eslava,
siendo su mayor preocupación, junto con la élite criolla santafereña, la de imponer
la autoridad de Santa Fe sobre Cartagena.
Cartagena de Indias. |
Cartagena es el centro de uno de los tráficos más importantes de
la América española y del Caribe en general. Sus barrios amurallados sirven de
sede a la más grande factoría de esclavos provenientes de África con destino a
sitios tan disímiles como el interior de la Nueva Granada, Perú y Cuba. La
harina anglosajona transita igualmente hacía el interior del reino a través de
Cartagena. Sin embargo, el siglo XVIII es de profunda decadencia para la
ciudad, hasta el punto de que a finales de la centuria, los pocos intentos por
crear plantaciones azucareras esclavistas se encuentran en la ruina. El
contrabando de harinas, ropas y en general de toda clase de productos básicos
se convierte en la principal actividad económica no sólo del puerto sino de
todo el Caribe.
Santa Fe. |
Cartagena, la perla del Caribe, está en pleno contacto y
mantiene fluente comercio con la enorme cantidad de grandes y pequeños puertos
en innumerables islas en ese enorme mar, entre los que entran las Islas de San
Andrés y la parte de la Costa de Mosquitos, involucradas recientemente mediante
Real Cédula (1803.11.30-Mi.) de Carlos IV, al Virreinato del Nuevo Reino de
Granada, siendo segregadas de la Capitanía General de Guatemala, pero
infelizmente la parte administrativa con sede en Santa Fe, descuida desde un
comienzo el control de esas importantes y estratégicas posiciones, y así es que
ya fuese por inaudita falta de tiempo o amanuenses despiertos, no quedan ni
siquiera registradas en las Relaciones de
Mando de los virreyes, en conexión con sus relevos en el
gobierno.
En 1809 en medio de una grave carestía de alimentos,
comerciantes, hacendados, altos militares y burócratas cartageneros empiezan a
exigir el derecho a comerciar libremente con las excolonias anglosajonas del
norte y las islas del Caribe. La crisis política y militar de España agrava las
cosas. A lo largo del primer decenio del siglo XIX se pueden contar con los
dedos de las manos los barcos españoles que transportan mercancías al Caribe
colombiano. De modo que en agosto de 1809 los comerciantes y hacendados del
puerto de Cartagena se declaran en abierta rebeldía contra el gobierno de Santa
Fe. La reunión del cabildo de Cartagena (1809.08.19-Sá.) muestra la nueva
dirección que toman las relaciones con la capital. El cabildo va más allá de la
simple apertura del puerto al comercio libre, lo que en otras palabras significa
no reconocer la autoridad de Santa Fe. A partir del manifiesto de Cartagena desaparece
toda posibilidad de integrar pacíficamente estas dos regiones en una nación.
Junta Suprema de Gobierno en Santa Fe, 21 de julio 1810. |
Pasado un (1) año suceden cosas cruciales en conexión con el
nacimiento de un gobierno autárquico (1810.07.21-Sá.) y la formación de una Junta Suprema de Gobierno en Santa Fe, y así empieza la feliz época de la
emancipación, y con ella el censurado clímax del total libertinaje. En
Cartagena se presencia la expulsión del gobernador español, y en Sana Fe la de
su virrey. A los ocho (8) meses largos de aquel sábado 21 de efervescencia y calor, en Santa Fe el
Serenísimo Colegio Constituyente Electoral aprueba la Constitución
monárquico-republicana del Estado de
Cundinamarca (1811.03.30-Sá.), y casi ocho (8) meses más tarde,
las provincias que no aprobaron aquel Estado centralista, se declaran en Federación de las Provincias Unidas de la Nueva
Granada (1811.11.27-Mi.) en la que entra
Cartagena. La Federación toma como capital la ciudad de Tunja en Boyacá. El Cisma político con su hermana la Anarquía, reinan a forma de
sucesivas guerras civiles en todo el territorio de lo que antes se llamaba
Virreinato del Nuevo Reino de Granada.
Las élites criollas en ambas capitales empiezan a concentrar en
sus manos el poder político, y en medio del caos el Caribe se libra de obedecer
la autoridad central de los Andes. Empero, Cartagena depende para su
supervivencia del dinero procedente de las provincias del interior del país,
aunque se identifique como república independiente, como lo hacen todas las que
entran en la mencionada Federación de las
Provincias Unidas.
Simón Bolívar. |
Cegado el Caraqueño por la sed de venganza de su fracaso en
Venezuela contra el primero que se le atraviese por su camino, desenvaina brutalmente
su espada libertadora y avanza contra un pueblo hermano que nunca ha sido
enemigo suyo, y así después de destruir y humillar a su capital Bogotá
(1814.12.12-Lu.), convertido en el Nerón de
Bogotá como él mismo se autodenomina, se lanza contra Cartagena
iniciando (1815.03.27-Lu.) un cruel sitio en combinación con múltiples
despiadados ataques, que duran cuarenta y un (41) días. Sin lograr vencer a la
Ciudad Heroica, Bolívar capitula (1815.05.08-Lu.) ante su defensor el General
Manuel del Castillo, y temprano al día siguiente (1815.05.09-Ma.) deserta del
territorio de la Confederación embarcándose en un bergantín inglés, dejando
tras de sí una nación humillada, en bancarrota y en plena anarquía, un pueblo
desangrado, demacrado, confundido, indefenso, un ejército traumatizado,
engañado, diezmado, descompuesto, con su plaza principal Cartagena que lo
protegiera durante siglos contra sus enemigos, en las más deplorables
condiciones y sus gentes muriéndose de hambre y enfermedades. De las tropas
puestas a órdenes de Bolívar solo quedan unos cuantos desarrapados que no han
logrado desertar.
Así es que el gran Libertador rinde a los pies del
Pacificador Pablo Morillo los restos de lo que fueran el Estado de Cundinamarca y la Federación
de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, un par de hermanos que de
estar unido hubiesen constituido de todas maneras lo que nosotros llamamos República Neogranadina, que la
posteridad desinformada conocerá con el nombre de Patria Boba, por creer en libertadores ecuánimes, que
obviamente no existen.
Pablo Morillo. |
La marginación en la época grancolombiana.
Los años de peste con Morillo se funden con los años de cólera
de Bolívar, y como si no fuera suficiente con ese Viacrucis, llega el taciturno
día en que en Angostura sobre el enorme Orinoco (1819.12.17-Vi.), un par de
neogranadinos sin oficio, seudo-representando a un pueblo que apenas pasando la
horrible noche se había hecho libre en Boyacá (1819.08.07-Sa.), por sólo
seguirle la corriente a una patrulla de entusiastas bolivaristas, relegan lo
que iba en camino a convertirse en República de Cundinamarca, al miserable
grado de departamento en un embrollo político con aires de instrumento de
guerra, de alianza xenófoba, de federación centralista, y de república
disgregada, a lo que se le da el sofisticado nombre de República de Colombia
(la Grande). Nadie en la tierra del chocolate santafereño, y los tamales
boyacenses, ha tenido tiempo, interés y medios para importase de lo que exista
fuera de las costas sobre el enorme Mar Caribe. No existiendo mapas que
muestren la tierra que se pisa, quién va a extrañar entonces la falta de cartas
marinas que muestren el camino para llegar a Mosquitos o San Andrés.
San Andrés y Providencia. |
Un año antes de que Simón Bolívar esté de vuelta en territorio
colombiano (1826.09.12-Ma.), de regreso del Sur en donde corona su gloria, «…que nadie se la quiere quitar…»,
libertando al Perú y Bolivia, y trayendo consigo su aborto de Constitución Boliviana, con la que
emprende la inaudita destrucción de Colombia (la Grande), antes de que esto
acontezca y siendo Vicepresidente de ésta, a la vez que Presidente del
Departamento de Cundinamarca, el neogranadino Francisco de Paula Santander, a
razón de tenerse en Bogotá noticias sobre las libertinas incursiones de
Inglaterra en las lejanas tierras de la Mosquitia, Colombia (la Grande) firma
el Tratado Molina-Gual
(1825.03.15-Ma.), también conocido con el nombre de «…Convenio de unión, liga y confederación perpetua entre Colombia y
Centro América…», con las Provincias Unidas del Centro de América, a las
que pertenece Nicaragua, reconociéndose la validez de la Real Orden de 1803, y
la soberanía de Colombia sobre la Costa de Mosquitos y las islas de San Andrés,
de conformidad y respetando el “uti
possidetis iuris “de 1810[2].
República de Colombia (la Grande), 1821. |
Comentario sobre el mapa.
Este es un excelente producto de la
más alta tecnología gráfica de nuestros días, que con una sencillez
extraordinaria, muestra la grandeza territorial de esa cuasi media federación
republicana, que apenas alcanza a los ocho (8) años, siete (7) meses y diez (10)
días de vida, contados desde la fecha de su ratificación en la Villa del
Rosario de Cúcuta (1821.10.03-Mi.) hasta la de su desintegración
(1830.05.13-Ju.). Por aquellos días apenas se tendrían mapas que se extendieran
con algunos detalles hasta las afueras de su capital Bogotá, lo que nos hace
pensar que posiblemente, de haberse tenido a mano una imagen de la
magnificencia territorial como es ésta, posiblemente hubiese contribuido a que
perdurara por muchísimos años más, o a lo mejor lo contrario, o sea que la
República de Cundinamarca se hubiese abstenido de relegarse a simple
departamento; en ambos casos sin embargo, se hubiera tenido más foco sobre
aquella lejana franja costera por el Noroeste, y las enormes aguas por el
levante albergando bellísimas islas, islotes, cayos y bajos, junto con
inmensurables riquezas marinas y submarinas.
F. P. Santander. |
Para esos rebuscados planes con ínfulas de potencia bélica sí
hay tropas, armamento, vituallas, recursos de todo género, arrojo y tiempo de
sobra, como también lo ha habido sin problema alguno para satisfacer las
frecuentes demandas de «…mande dinero y
mande tropas…» provenientes del General Bolívar por los lares del
Imperio Inca durante tres (3) años largos, libertando y creando países [1823.08.07-1826.09.12],
todo a costillas de los neogranadinos, alias cundinamarqueses, porque los
venezolanos y los ecuatorianos no aportan sino problemas. Pero para levantar un
mísero palo en la Costa de Mosquitos, en el que se pueda izar la bandera
tricolor, y mucho menos para llevar tropas allí, y así ejercer soberanía sobre
esas playas de insectos, no se tiene ni planes, ni tiempo, ni ganas, ni nada, porque
eso ¡No genera Gloria a celebrar con
champaña!
Entre más avanzamos y nos profundizamos en las páginas de la
historia de nuestra querida nación, más invisibles y más lejanos se van tornando
Mosquitos y San Andrés. Descuartizada (1830.05.13-Ju.) Colombia (la Grande) por
acción del aborto de constitución Boliviana inicuamente introducido por el gran
Bolívar, una vez llegado a recuperar el mando supremo «…que nadie se lo quiere quitar…», …pasado él a su turno
a mejor vida (1830.12.17-Vi.), por obra de la Hoz que regula el ritmo de la
historia, …constituida Nicaragua en república independiente (1838.04.30-Lu.), …constituida
igualmente y por fin la presunta soberana de Mosquitos y San Andrés, en
República de Colombia sin eso de “lo
Grande” (1886.08.04-Mi.), …y de súbito… apareciendo (1902.01.18-Sá.)[4]
un par de continentales vecinos, con megaproyectos en común, pero con serios
problemas de convivencia, se interesan misteriosamente en las bellas posesiones
de la siempre amargada Colombia, por lo que por fin se ven tendencias por los
corredores de las cancillerías en Bogotá, de sacar a flote de las aguas del
olvido a la Mosquitia y San Andrés, pero infelizmente, como bellas y codiciadas
perlas que en verdad lo son, renacen destinadas a un viacrucis aun peor, del
que nadie en nuestros días podrá librarlas si no se hacen malabares con lo
imposible.
Encontrándonos ya a principios del siglo XX, en que acontece el
grueso de lo que trata nuestro estudio, que lamentablemente no es más grato de
lo reseñado en nuestras páginas ya empleadas… “Recargamos nuestra pluma y apretamos la marcha yendo con cautela”.
La adversidad secundada en la época colombiana.
Como sugiere el título, la adversidad de nuestro país en el
hemisferio del Caribe, no viene sola por contingencias del destino, sino es
secundada, o acarreada igual y simultáneamente por terceros agentes, en este
caso gobiernos de naciones que codician su riqueza territorial altamente
estratégica. Estos países tienen nombre propio, y son los mismos que están
detrás de la trágica pérdida de Colombia de su Departamento en el istmo de
Panamá, y del reciente e inaudito detrimento de sus aguas territoriales en el
Archipiélago de San Andrés y Providencia, porque desgraciadamente es así, que
este par de monstruosas tragedias en la Historia de Colombia, están íntimamente
relacionadas entre sí. Esto lo desvelamos, lo demostramos y lo sostenemos
exhaustiva y minuciosamente en estudio aparte, cumpliendo sin embargo a lo
largo de estas páginas, en señalar y sancionar somera, aun severamente, las
contingencias relacionadas con el área del mencionado Archipiélago.
Los agentes infractores que tanto daño le han causado a
Colombia, son los ambiciosos y desvergonzados gobiernos de los Estados Unidos
de Norteamérica y de la República de Nicaragua en Centroamérica, un delicado
tema que estudiamos por separado, limitándonos aquí a la tarea de…
…resumir ciento diez (110) años, diez (10)
meses, y diez (10) días, de horrorosa y azarosa adversidad de Colombia en el
Caribe [1902.01.09 - 2012.11.19], en un (1) párrafo que toma cuatro y medio
(4½) minutos en ser leído.
Habiéndose decidido EE.UU. por un canal por Nicaragua
(1902.01.09-Ju.), pero azuzados luego por un súbito e insólito golpe de
fortuna, que maléficamente ven en las, a la sazón, adversas circunstancias que
afligen a Colombia, con su canal en construcción por el Istmo de Panamá entrado
en quiebra (1889.02.04-Lu.), junto con una larga y sangrienta guerra fratricida
que la debilita y empobrece, la llamada Guerra
de los Mil Días [1899.10.17-1902.11.21], a lo que se suma un
Golpe de Estado (1900.07.31-Ma.), y repetidos intentos de rebelión sediciosa en
el Istmo, los EE. UU. ven en esto el chance de apoderarse fácilmente de su
canal, y así resuelven dejar a los nicaragüenses solos con sus grandes ilusiones
(1902.01.18-Sá.). En venganza contra los colombianos, que supuestamente son los
que le estropean sus ambiciones, Nicaragua se alía con los rebeldes en el
Istmo, y contribuye a que Colombia pierda a Panamá y su canal (1903.11.03-Ma.)
paradójicamente en manos de EE.UU., que en realidad son quienes la desprecian. Con
un canal en construcción arrendado por una centuria, y ante el peligro de que a
su rival Inglaterra, se le ocurra abrir el despreciado canal por Nicaragua, los
EE.UU. vuelven a engañarla, en esta ocasión a firmar el Tratado Chamorro-Bryan (1914.08.05-Mi.),
concediéndole a perpetuidad los derechos para la supuesta construcción de ese
segundo canal por su territorio, y el arriendo por un término de 99 años
prorrogables, de las islas Mangle grande
y Mangle chico. Asegurándose luego los EE.UU. de que, tanto estas
mencionadas islas, como la Costa de Mosquitos, territorios y aguas todos de
soberanía colombiana, pasen a propiedad de Nicaragua haciendo así realizable lo
que persiguen con el mencionado Tratado
Chamorro-Bryan, inducen tanto a Colombia como a Nicaragua, a firmar
el nefasto Tratado Esguerra Bárcenas
(1928.03.24-Sá.), con el que la primera pasa a la segunda los aludidos
territorios. Ocurriéndosele de súbito a Nicaragua apoderarse también del Archipiélago
de San Andrés, siguiendo su maléfica tradición de siempre vengarse contra
Colombia, desconoce lo acordado con el Bárcenas
(1980.02.04-Lu.), y pone en marcha un descarado ardid tergiversando
desvergonzadamente la historia regional a su antojo, con lo que engaña a la C I
J (2001.12.06-Ju.) poniéndola de su parte para arrebatarle a Colombia el
Archipiélago de San Andrés entero. Apenas empezando la Corte a poner en marcha su
felón proceso, Nicaragua pretende, primero dar
falsas señales a la C I J sosteniendo su
presunta soberanía sobre el Litoral de Mosquitos, y segundo herir a su odioso
confabulado EE.UU., destapando sus proyectos de aliarse, como en efecto se
alía, con la emergente potencia China (2012.08.20-Lu.), el gran adversario
comercial de aquél, para con su dinero y tecnología construir por su propio
territorio, aquel canal de sus frustrados ensueños, y así cambiarle la
cosmética y darle un nuevo liderazgo a la importantísima zona estratégica en
Centroamérica, que durante siglos ha sido celada por los todopoderosos Estado
Unidos de Norteamérica. Finalmente, en un juicio que se enturbia por ciertas
anomalías de procedimiento, la C I J falla (2012.11.19-Lu.) a favor de Nicaragua concediéndole de vuelta el Litoral
de Mosquitos con sus aguas, del que se había desprendido (1980.02.04-Lu.), agregándole 75.000 kilómetros cuadrados de aguas
colombianas en el Archipiélago de San Andrés. De esta horrible noche Colombia apenas se está despertando, y su
gobierno de turno, aparentando gran sorpresa y estupor, improvisa medidas para
evitar la desgracia fallada en La Haya, que entorpecen en grado sumo la ya
complicada y agotadora contienda entre Colombia y Nicaragua.
Finalizando en esta forma nuestro
estudio, nos atrevemos a sostener que…
Cumplidos dos cientos dos (202) años, tres
(3) meses, y veintiocho (28) días, de haber preferido el camino de la autarquía
y la libertad [1810.07.21 - 2012.11.19], y con ello la responsabilidad de
respetar y proteger nuestro suelo patrio, lo adelantado y alcanzado con los
territorios y aguas nacionales en el Caribe colombiano, es imperdonablemente
desastroso, yendo inclusive en camino de un descalabro aún mayor.
Terminado con las máquinas.
Luis Eduardo Schroeder Soto.
[1]
Luis Eduardo Schroeder Soto: El voto de Bolívar, sin exceptuar una paja.
[2]
Criterio según el cual los límites entre estados hispanoamericanos se
determinarían con base en los títulos de demarcación territorial que poseyeran
los antiguos dominios de la Corona española en 1810.
[3]
Palabras de Santander en carta a Bolívar, desde Bogotá el 6 de junio de 1825.
[4]
Fecha en que los EE.UU. se deciden por un canal interoceánico por el Istmo de
Panamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario