Dos fechas patrias fallidas.

Jueves 19 de abril de 1810 en Caracas.

Viernes 20 de julio de 1810 en Santa Fe de Bogotá.


Gotemburgo, Suecia, 2013.07.13

Luis Eduardo Schroeder Soto.
La Independencia de Colombia y de Venezuela son grandes motivos, laudables, plausibles y felices, que todos los colombianos y venezolanos desean celebrar, y por los que tienen razones obvias para estar agradecidos, henchidos de orgullo en sus espíritus, de fiesta en sus corazones y de jolgorio en sus hogares. No obstante, en lo que respecta a las dos fechas señaladas arriba, es una pena y motivo de desaire para millones de ciudadanos en ambos países, tener que aceptar que sean anualmente celebradas con pompa y júbilo como fechas patrias, dado que resultan completamente fallidas cuando con éstas se quiera conmemorar las independencias de Venezuela y Colombia respectivamente.

Cuando con disciplina, consagración y respeto se estudian o sencillamente se leen, los testimonios que nos quedan de aquellos ecuánimes patriotas, que vivieron e hicieron la historia de lo acontecido aquel jueves 19 de abril en Caracas, y viernes 20 de julio en Santa Fe de Bogotá, el año de 1810, queda claramente entendido que no hay razón alguna para asociar esos hechos con lo que hoy día entendemos por independencia y libertad de constituirnos, organizarnos y gobernarnos como naciones soberanas, democráticas y libres. También podemos fácilmente constatar que los coetáneos de aquellos hechos, tuvieron la cordura para no precipitarse a forjar situaciones ilusorias, como tampoco se atrevieron a soñar siquiera que los primeros pasos dados, hubiesen resultado en el sentido mejor deseado y mucho menos que pudieran tornarse perdurables.


Viernes 20 de julio 1818 - Reyerta de Llorente en Santa Fe de Bogotá.

La tergiversación de la historia de lo acontecido, e inclusive la adulteración de los mismísimos hechos, más que un fenómeno psicológico paroxístico, colosalmente ductor, portentosamente espontáneo en la mente de inquietos académicos, es, en términos menos snobs, una peste que llega a carcomer y destruir relativamente temprano, los pedestales en los que se alza la identidad de los pueblos colombiano y venezolano, y que odiosamente se intensifica con el pasar de los años y la nefasta intervención de inescrupulosos letrados, que fingiendo cumplir con una dictada misión de salvaguardar los valores de la Historia, son los primeros en torcerla a su antojo en una insólita campaña de desinformación sistematizada, expresamente dirigida al ciudadano incauto. El colmo del desfachatado y desconsiderado insulto a las gentes decentes, lo leemos en las siguientes palabras citadas con fines capciosos por la Academia Nacional de la Historia de Venezuela:

«… El Jueves Santo, 19 de abril, se desplomó en Venezuela el coloso del despotismo, se proclamó el imperio de las leyes y se expulsaron a los tiranos…» [1]

Estas cortas líneas son tomadas del Considerando 3, de la resolución que se intitula Significación histórica del 19 de abril 1810, producto de un trabajo que a los 21 años de fundada la mencionada Academia, realiza aludiendo estar en cumplimiento del Decreto Orgánico de su creación. El trabajo, que se publica a forma de edicto o bando a la antigua usanza, y que nosotros estudiamos muy detenidamente por separado, consta de una corta introducción y de 14 considerandos que se exponen para llegar a la siguiente resolución:

«…Por tanto: La Academia Nacional de la Historia, reconoce con los Ilustres Próceres fundadores de la Patria, con el Generalísimo Miranda, precursor de la Independencia, y con el mismo Libertador Simón Bolívar, que la revolución verificada en Caracas el 19 de abril de 1810, constituye el movimiento inicial, definitivo y trascendental de la emancipación de Venezuela…»[2]

El producto total es una significación falsa y tendenciosa que infelizmente también vulnera la historia de Colombia, Perú, Ecuador, y Argentina, al sostener que el movimiento de Caracas es imitado por «…Santa Fe, Cartagena, El Socorro, Chuquisaca, Quito y Buenos Aires…», y atreviéndose a dictaminar que aquellos tan sólo…

«…apellidaban independencia (…) y no alcanzaban resultados de trascendencia mayor, sino que fueron unos como prolegómenos de la gran revolución de 1810…»

Algo de verdad se detecta en estas últimas líneas, pero no hay derecho a que se cante con semejante desprecio y con tan nefastos fines, en flagrante irrespeto no sólo para con el pueblo venezolano, primera víctima de una insólita adulteración de su Historia Patria, sino para con todos los pueblos de la América hispánica.

Fernando VII de España.
Cumpliendo con un riguroso cambio de tercio [3], y mediante sencillas líneas sin ostentar profundización alguna, nos proponemos a continuación ilustrar que estamos en lo cierto, y que tenemos los fundamentos para llamar a generala en aras de revindicar la Historia. Empezamos entonces haciendo una corta exposición de lo que las dos fechas patrias que hemos traído a colación, tienen en común haciéndose inválidas para la honrosa simbolización que se les ha querido dar:

1 - En ambas, una élite de confabulados da un golpe engañoso convocando Cabildos Extraordinarios, con el objeto de promover la formación de gobiernos autárquicos interinos, siguiendo el ejemplo de la Península, a razón del destronamiento de los Borbones (1808.05.05-06) caídos en las garras de Napoleón I, Emperador de los franceses.

2 - En ninguna de las dos se define, como tampoco se menciona, y mucho menos se implementa, la independencia absoluta del régimen español.

3 - En ambas se exige, se ratifica y se proclama, la fidelidad a Fernando VII, cautivo en Valençay (1808.05.18-Mi.), salvaguardando sus derechos como Rey y Señor Natural de España y de las Indias.

4 - En ambas, la élite confabulada procura la formación de Juntas Supremas de gobierno, pero en Caracas la correspondiente Junta se demora seis (6) días en ser creada, quedando constituida y jurada el día miércoles 25 de abril, y en Santa Fe de Bogotá, la Junta de gobierno queda constituida y jurada el día sábado 21 de julio a eso de las 9 de la mañana.

5 - En ambas se engaña al pueblo mediante representantes nombrados arbitrariamente, a participar en un espectáculo montado por la élite confabulada, para la aclamación de determinaciones tomadas de manera unilateral por ésta, siendo que en Caracas inclusive se soborna a la plebe con ridículas sumas de dinero para que acuda a hacer bochinche por las calles de la ciudad y ante la Casa Consistorial.

6 - En ambas se engaña a la opinión pública nacional y a la prensa internacional, obligando a los gobernantes depuestos y a sus inmediatos colaboradores, a tomar parte en el nuevo gobierno que se establece, y mediante su juramento forzado, a firmar las correspondientes actas que se levantan.

7 - En ambos casos, los gobernantes y sus colaboradores depuestos, son expulsados de los países con sus familias, recibiendo, no obstante, un trato digno y respetuoso a sus personas.

8 - Los acontecimientos en ambas fechas, se desarrollan felizmente en forma incruenta, dándose por el contrario lugar a espectáculos que en su naturaleza, más se asemejan a casualidades folclóricas con ciertas tintas y coreografía de farsas callejeras. Sin embargo, se debe señalar que el plan concebido en Caracas incluía el asesinato del Capitán General Vicente de Emparan y Orbe, y que fue en los reajustes finales de la treta, en reunión que los disidentes sostenían en la Casa de Misericordia en las últimas horas a la víspera del golpe, que se acuerda desistir de tan maléfica idea. En ese grupo de conspiradores figura Simón Bolívar, quien recónditamente opta por evadir los acontecimientos al día siguiente Jueves Santo 19 de abril.

Vale destacar de la misma forma algunos asuntos importantes de procedimiento, propios para cada uno de los casos:

A - En Santa Fe de Bogotá, la Junta Suprema de Gobierno reconoce la autoridad del Consejo de Regencia instalado en Cádiz (1810.01.31-Mi.), en reemplazo de la antes obedecida Junta Central, siendo este reconocimiento una de las razones inmediatas para ser convocado el Cabildo Extraordinario del 20 de julio. Sin embargo seis (6) días más tarde (1810.07.26-Ju.), la Junta se retracta a este respecto desconociendo al citado Consejo.

Sábado 21 de julio 1810 - Junta Suprema de Gobierno en Santa Fe de Bogotá.
B - En Caracas, tanto el Muy Ilustre Ayuntamiento asido al gobierno interino el jueves 19 de abril, como la Junta Suprema de Gobierno constituida el miércoles 25 del mismo mes, desconocen la autoridad del Consejo de Regencia en Cádiz, siendo este repudio una de las razones inmediatas para la convocatoria del Cabildo Extraordinario el mencionado 19 de abril.

C - En Santa Fe de Bogotá, en el acta que se levanta el sábado 21 de julio de 1810, incoherentemente llamada Acta de la Independencia, se mencionan las palabras independencia y libertad, pero sólo relacionándolas con el procedimiento, independiente y libre, para la formación del gobierno autárquico interino que se pone en marcha.

D - En Caracas, en ninguna de las actas, alocuciones y documentos de importancia levantados y publicados entre los días 19 y 27 de abril, se menciona en absoluto las palabras independencia y libertad. Entre estos documentos entran dos actas levantadas por el Muy Ilustre Ayuntamiento el día jueves 19, una alocución al pueblo de Caracas por el mismo M. I. A. al día siguiente viernes 20 informando sobre lo acaecido, otra acta del M. I. A. el día miércoles 25 constituyendo la Junta Suprema de Caracas, salvaguardia de los derechos de Fernando VII, y finalmente una proclama que esta junta envía el viernes 27 a los Cabildos de las capitales de América, invitándolos a que sigan su ejemplo, terminando la misiva con las siguientes palabras persuasivas que ratifican su fidelidad al Rey:

«…Una es nuestra causa, una debe ser nuestra divisa, fidelidad á nuestro desgraciado Monarca; guerra á su tirano opresor; fraternidad y constancia…»[4].

Jueves 19 de abril 1810 - Destitución de Emparan en Caracas.
Haciendo foco en lo mencionado en el punto 4, en conexión con el desfase de los acontecimientos, quedando constituidas las susodichas juntas de gobierno los días 25 de abril y 21 de julio para Venezuela y Colombia respectivamente, se advierte que estos datos no están de ninguna manera registrados en las páginas de la Historia Patria de estos países, motivo por el cual se puede concluir que las reseñas de los respectivos acontecimientos están evidentemente tergiversadas. Este desfalco histórico es fácil de detectar, como mencionábamos, con solo consultar los testimonios que nos quedan de quienes vivieron e hicieron la propia Historia, y por cierto, leyendo las mismas actas que se levantan dando fe de lo acontecido y acordado en cada uno de los casos. Pero esperarse esto del común de las gentes es una utopía, puesto que es así que por desgracia, la realidad nos demuestra que los pueblos han sido desinformados sin escrúpulo alguno, por aquellos que interpretan la Historia a su antojo persiguiendo valores ficticios, metas desorbitadas, méritos inicuos y falsos positivos, calaña de desvergonzados en la que entran los calienta poltronas en las Academias de Historia en ambos países.

En lo que respecta a Santa Fe de Bogotá, pasan dos (2) años, once (11) meses y veintiséis (26) días, contados del mencionado 20 julio de 1810, antes de que el Colegio Electoral de Cundinamarca declare (1813.07.16-Vi.) que….

«…de hoy en adelante Cundinamarca es un Estado libre e independiente, que queda separado para siempre de la Corona y gobierno de España y de toda otra autoridad que no emane inmediatamente del pueblo o de sus representantes…»[5]

Más conspicua es sin embargo la solemne proclama de Independencia absoluta de España y de cualquier otra dominación extranjera, lanzada en la Villa de Santa Cruz de Mompox, el día lunes 6 de agosto de 1810. No queda duda de que los momposinos fueron más audaces que los santafereños, siendo así que su población, bajo el lema de «…Ser libres o morir…», son los primeros en la Nueva Granada, y antes de cualquier otra población en Venezuela, en dar el sublime y definitivo paso en pos de una patria libre y soberana. Pese a que su puntual y valiente determinación apenas tuviera una efímera duración de cinco (5) meses y diecisiete (17) días, siendo sometida (1811.01.23-Mi.) la Villa por una fuerza armada enviada por la Junta de Cartagena fiel a Fernando VII, vertiendo la primera sangre de los torrentes que luego se derramaría, la hace acreedora a que en Colombia se le haga el más alto reconocimiento, elevando su fecha 6 de agosto, a la importante categoría que hoy en día se le da a la fallida 20 de julio.
Virreinato del Nuevo Reino de Granada.
En cuanto a Caracas se refiere, pasa un (1) año, dos (2) meses y dieciséis (16) días, contados del mencionado 19 de abril de 1810, antes de que la Confederación Americana de Venezuela, reunida en Congreso (1811.07.05-Vi.), declare…

«…solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy más, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes, y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España, o de los que se dicen o dijeren sus apoderados o representantes»[6].

Palabras elocuentes pese a la introducción que se hace «…considerando la plena y absoluta posesión de nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente desde el 19 de abril de 1810…», lo que es rotundamente falso, recordando lo citado con anterioridad en conexión con el contenido de las actas entonces levantadas.

Miércoles 5 de julio 1811 - Firma del acta de Independencia de Venezuela.
Aun así, el día 5 de julio es digno de reemplazar al fallido 19 de abril. No queda sin embargo superfluo agregar que pasan trece (13) años, seis (6) meses y veintiún (21) días, contados del mismo 19 de abril, antes de que en Venezuela definitivamente se arrié el pabellón español, lo que acontece en Puerto Cabello (1823.11.10-Lu.), la única plaza que permanece todos esos años bajo el poder de los realistas, desde que es perdida (1812.06.30-Ma.) en las manos del Coronel Simón Bolívar entonces a duras penas fogueado, quien cegado de ambición por más gloria una vez afortunado en la contienda, prefiriera dar prioridad a los asuntos de Quito y Lima, antes de libertar completamente a su propia tierra.

Para redondear lo que venimos divulgando aquí, debemos agregar que por infortunio estas dos primeras repúblicas, la granadina y la venezolana, nacidas de la emancipación de los otrora dominios de España en Tierra Firme, fueron efímeras a causa de una ambición partidista sin límites, una mentalidad cívica inmatura y la entrada en escena de Simón Bolívar, factor discordante y morosamente decisivo en una desbocada barbarie independentista bajo el estigma de su abominable Guerra a muerte, alejándose en desprecio inexplicable de un proceso moderado, ordenado, sensato, severo pero fructífero, que fuera en aras de una independencia honorable, estable y solidaria, que sí pudo haber acontecido. Ésta es una época en que la anarquía lacera las provincias y hace rápidos estragos en los pueblos a razón del total libertinaje de sus libertadores, valga la redundancia. Apenas hay ciudad o villa que no sea rival de su cabecera, y que no pretenda hacerse independiente y soberana para constituir la unión federal o para agregarse a otra provincia, dependiendo de su orientación política. Unas tras otras, las poblaciones se erigen en provincias, y a diestra y siniestra se presenta algún demagogo o aristócrata ambicioso que desea travestirse en protagonista central. Por doquiera aparecen juntas soberanas, aun en ciudades y parroquias miserables, y en todas ellas, haciendo foco en la amenaza de un enemigo en lontananza, se pone en marcha una guerra fratricida que durante una larga, oscura y sangrienta noche, acaba con las dos terceras partes de su población laboriosa.

Capitanía General de Venezuela.
La independencia que en la Nueva Granada pudo haberse logrado en término de cuatro (4) años redondos, sólo se consigue a medias con la Batalla de Boyacá (1819.08.07-Sa.) después de nueve (9) años y diecisiete (17) días de peste con la intervención de Bolívar, y cólera con la revancha del Pacificador Pablo Morillo, a quien el anterior deja la confederación de Provincias Unidas de Nueva Granada humillada, en bancarrota y en plena anarquía, con un pueblo desangrado, demacrado, confundido, indefenso, y un ejército traumatizado, diezmado y descompuesto, antes de escaparse para Jamaica (1815.05.09-Ma.), después de una miserable guerra contra Santa Fe y Cartagena [1814.11.27-1815.05.09], no contra el enemigo español, sino contra los propios hermanos neogranadinos, que entonces se disputan la hegemonía en una tierra patria que trata de superar las contingencias de los enormes costes de la libertad. Con propiedad Bolívar se autodenomina «…el Nerón de Bogotá…»[7], prefiriendo nosotros, también con fundamento, llamarlo “el Pizarro de la Nueva Granada” recordando lo que hiciera aquel conquistador español en el Imperio de los Incas (1531), cuando encontrándose dos hermanos en guerra de sucesión al trono del Inca, Francisco Pizarro toma partida en favor de uno de ellos, y engañando luego a los dos, intensifica la rivalidad entre los hermanos que ciegamente caen en las garras de su codicia y barbarie con las que en corto tiempo aniquila por completo tan brillante civilización. En la Nueva Granada los hermanos son dos bloques políticos definidos que a la sazón tienen dividido el territorio entre sí[8].

Las cifras que corresponden a Venezuela por estos conceptos, ya quedaron mencionadas cuando llegamos a los trece (13) años, seis (6) meses y veintiún (21) días que dura ondeando el pabellón español, pero a mano se tienen igualmente otros cálculos siguiéndole los pasos al Caraqueño, pudiéndose constatar con facilidad que, de no haber traído Bolívar de Inglaterra a la Vedette del protagonismo frustrado, Francisco de Miranda, desobedeciendo recomendaciones y advertencias expresas de la Junta Suprema de Gobierno, y de no haber perdido él mismo la plaza de Puerto Cabello, como quedó mencionado, es probable que la Primera República de Venezuela se hubiese librado de su conocido y desdichado ordinal.

En otras palabras, fuera de tener que sanear dos fechas patrias fallidas, se hace urgentemente necesario que se engendre e implante, se le dé cabida y se respete una nueva mentalidad en las gentes, libre de prejuicios e intereses creados para que redunde en la concepción y el alborear de una Historia Patria fresca, flamante, sana y veraz, en la que se apoye y solidifique la identidad y el orgullo de los pueblos hermanos de Colombia y Venezuela.

Por: Luis Eduardo Schroeder Soto.
        Revindicando la Historia.




[1] Academia Nacional de la Historia: Significación histórica del 19 de abril 1810. Apud: Actas No 6 (1908-1910) Sesión Ordinaria del 5 de mayo de 1909. Archivo.
[2] Ídem: Significación histórica.
[3] Tercio en tauromaquia: cada una de las tres partes en que se considera dividida la lidia de un toro.
[4] Proclama de la Junta Suprema de Caracas a los Cabildos de las capitales de América. Apud: Gaceta de Caracas. Nº 98, del 18 de mayo de 1810, págs. 2-4.
[5] Declaración de independencia de Cundinamarca. Apud: Colombia. Itinerario y espíritu de la independencia según los documentos principales de la Revolución. Cali, 1969, págs. 90-94.
[6] Acta de independencia de las provincias de Venezuela. Apud: José Manuel Restrepo: Historia de la revolución de Colombia. Tomo II, capítulo VIII, nota 16.

[7] Bolívar, Simón [1783-1830]: Obras completas. 1814.12.08- Carta a Juan Jurado.
[8] Schroeder Soto, Luis Eduardo [1937- ]: El voto de Bolívar, “...sin exceptuar una paja”. Libros en Red. Buenos Aires, 2010.









No hay comentarios: